Estoy fuera de Madrid. Tenía una charla en Sevilla el martes y que ver a un señor en Málaga. Así que estoy en Málaga. Parece que el año que viene no iré a Suecia en verano, como pensaba, sino quizá a Dinamarca. En el peor de los casos, Italia. Lo cual sería el mejor de los casos. Llegados a este punto me da exactamente igual, la verdad.
Como sea, aprovecho que no tengo las revistas a mano para hacer un break y continuar la semana que viene. Estoy intentando descansar unos días. Estoy leyendo a Anna Calvera, la amo. La semana que viene en Madrid tengo que ir al El Escorial, a ver unos libros y a un amigo. Es un Agustino de 80 años, buena gente. También que empezar las correcciones de la tesis, que no son pocas. Aún tengo que resolver algunas cosas, pero el primer borrador está listo y el cambio de título aprobado.
Estoy en definitiva organizando el año que viene y pensando en hacia dónde dirigir mi vida después de la tesis. Escribo esto más para pensar yo que para contároslo a vosotros, ya me perdonáis.
Por lo pronto, tengo confirmada una conferencia en Tubinga. Espero participar en al menos 2 más, en Copenhague y en UK. Si me invitan a alguna otra también diré que sí. Quería ir a una en Milán, de diseño. Pero honestamente no es mi prioridad llegado este punto.
Me es complicado organizarme sin saber a exactamente cuando será la defensa de la tesis. Me gustaría que fuera antes de verano, pero por desgracia me temo que será después… Demasiada gente e instituciones implicadas como para que sea un proceso sencillo.
En cualquier caso, no creo poder mantener el ritmo de este año. No sin descuidar otras cosas y joderme más la cabeza. He presentado seis papers, más 3 o 4 charlas esporádicas. De los seis, se publicarán, por ahora, dos. He escrito otro aparte y publicado 2 más. Más la tesis, los suecos, sus libros y la vida, porque la vida entre libros también pasa. En fin, estoy cansado y este año ha habido mucha muerte cerca.
Sobre el futuro, ya he tomado una decisión. No sé cómo saldrá, ni cuánto tardaré, ni dónde será, pero voy a intentar irme de España a hacer un Post-Doctorado. No lo digo con especial pena, pero tampoco con alegría.
Os cuento un poco.
La posibilidad de irse siempre ha estado ahí, especialmente desde que empecé a vivir fuera. Simplemente, no encontraba un motivo por el que intentar entrar en la academia y he descartado la universidad pública española. No voy ni a empezar. No me merece la pena el esfuerzo. La privada… bueno… Creo que nos entendemos tanto que no acabaremos de entendernos. Mi duda era que no sé por qué debía entrar a la universidad. No sé por qué no podía continuar por mi cuenta una vez tuviera el título. Seguir como ahora, compaginándolo con lo de los libros.
Pero lo entendí hace un mes…
Unos amigos me invitaron a dar una charla en Oslo. Ya les conocía de antes y me lo pasé genial. Una amiga me hizo unas fotos dando la charla. Mis padres me pidieron que se las enviaran, para hacerse los chulos por ahí supongo. Me dijeron que en España no veían así de contento. Y tienen razón. Porque en España estoy básicamente encerrado en casa leyendo o con mis cosas esperando a irme de Madrid.
Mi conclusión ha sido esa. Si mi vida profesional y personal prácticamente son lo mismo y en España no puedo desarrollarme profesionalmente, tampoco podré hacerlo personalmente. España no es para mí, y, por tanto, tendré que irme fuera de España. Si es fuera de España donde está la gente con quien puedo hablar de las cosas que me gustan, tendré que ir con ellos. Al menos tendré que intentarlo.
Supongo que ese es el único motivo por el que este año casi me vuelvo loco con las conferencias. Me gusta hablar con gente de mis cosas y entender las suyas. Es el único motivo por el que he decidido intentar el posdoctorado e irme de España. Aquí me siento solo y no quiero seguir haciendo las cosas solo. Es más divertido compartir y trabajar con gente.
Dicen que las cosas y la gente cambian, designers, pero en realidad no mucho. Es todo una cuestión de percepción y estética, como el doctorado. Una parte de doctorar es hacer pensar a los demás que sabes lo que haces y que eres un experto. El único motivo por el que entré a diseño es porque me parecía divertido, como por suerte Daniel se encarga de recordarme. Si me fui es porque dejó de parecerme divertido. El único motivo por el que empecé la tesis es porque me parecía divertido. Me parece bien que el motivo para irme de España siga el mismo criterio. Hay que intentar mantener la coherencia con uno mismo y fuera de España casi todo está siendo más divertido.
Nos leemos. Doy por cerrado el año. Yo nunca muero.