Disainers, esta semana he publicado un pequeño ensayo en el CSIC: Diseño, teorías y fechorias.
También podéis descargarlo desde su web.
Las próximas semanas voy a dedicarlas intentar ver los principales problemas, sesgos o partes que creo podría desarrollar más o mejor. Señalar cosas de las que quizá no estoy tan seguro y, en definitiva, ejercitar la autocrítica. Espero que en este proceso alguno de vosotros me diga si soy idiota y me señale cosas que yo no veo. No se me ocurre otra forma de seguir avanzando. Por cierto, Plantón no es un filósofo nuevo. Es una errata.
Esta primera newsletter la voy a dedicar a explicaros las condiciones en las que yo escribí este pequeño ensayo y el periplo para publicarlo. Así os doy tiempo a leerlo también. Es algo que no se estila demasiado académicamente, porque hay que ocultar debilidades. Estoy bien capacitado para ello, pero no me apetece. Es agotador y no he sacado nada bueno de ello.
Lo primero que tenéis que saber que este texto tiene ya unos años. Lo escribí entre diciembre de 2020 y enero de 2021. Lo presenté en el Congreso Internacional de Principios y Prácticas del diseño de la Universidad de Monterrey. Nadie entendió nada. Me grabé un video después exponiéndolo y lo subí a YouTube. No os lo recomiendo, la verdad. Es un ensayo para leer, no una presentación.
Lo escribí con 25 años y un profundo sentimiento de disconformidad, rechazo y soledad. Tras las últimas revisiones eso se ve menos en el texto, pero así surgió. Fue antes de irme a Bélgica, cuando aún no me había hecho un nidito entre libros e historias. Fue un momento en el que, sintiéndome rechazado por el diseño y los diseñadores, separé lo mío de vuestro rollo artístico. No me contuve. No intenté hacerlo sencillo de leer. No me esforcé en ser claro. Os mentiría si os dijera que lo compliqué, pero sabía que no era un texto para diseñadores. Pero ese era precisamente el punto. Me dije: voy a escribir diciendo ser diseñador cosas que no escribiría un diseñador.
Meses después decidí intentar publicarlo y, oh boy, ahí empezó el periplo…
En primer lugar, quería publicarlo en una revista académica. Podría quizá haberlo publicado en algún otro lugar, pero creo que la batalla del diseño y la comunicación está aquí. Es una cuestión de reconocimiento, de plata y podio. Si este año visteis los Premios Nacionales de diseño, Inma Bermudez también lo señala con las contradicciones propias de nuestro discurso. Os animo a analizarlo de forma crítica.
Mi conclusión hace dos años fue la misma a la que Inma llegó. Pero para eso hay que trabajar el discurso, disainers. Hasta que no hagamos un hueco ahí, seguiremos siendo un hazmerreír escudado en lo creativo. La armadura oculta la herida. Eso intento hacer, abrir hueco. Por eso intenté publicarlo en algunas revistas académicas de diseño.
He tardado dos años en publicarlo por esto y quiero señalarlo. He tardado dos años en publicarlo, porque quería publicarlo en una revista con temática de diseño. Pero el año pasado me cansé. No me aceptaban el texto, porque no formaba parte de su línea editorial. Lo dicho, he separado lo mío de vuestro rollo artístico. Así seguiré haciéndolo.
Tras unos cuantos rechazos, llegó el CSIC. Me recomendaron mandarlo a Arbor. Yo no presto mucha atención a los índices de impacto académicos, pero es una buena publicación. Tras pasar la revisión por pares ciegos, hablé con los editores para intentar hacerlo más accesible. Me ayudaron mucho y en apenas unos meses estaba publicado en la miscelánea. En un par de días es el artículo más leído del número, según me ha dicho la editora. Estupendo, estupendo, pero no es una revista de diseño.
Resumiendo, me gustaría que entendierais eso. Escribí ese texto con un profundo sentimiento de rechazo por vuestra parte. Lo escribí buscando más problemas que soluciones. Lo escribí triste y enfadado. No sé si se ve en el texto, porque intenté hacerlo más neutro en las últimas revisiones. Pero me he sentido así, quizá aún me sienta así. Creo tengo motivos para hacerlo.
Ahora me encuentro menos triste. Estoy a otra cosa y me siento más acogido en otros lugares con otras personas. Veremos qué pasa con el diseño y los diseñadores. Si no queréis leerlo, no lo hagáis. Nunca me ha importado mucho quién lea. Yo escribo para mí, me ayuda a entender. Las próximas semanas veremos qué partes me gustaría desarrollar en el futuro. Quizá el año que viene, cuando acabe la tesis. Estuve en ello, hoy estoy en esto. Sin prisa. Ya veremos.
Nos leemos :)
Un mensaje pa los viejos y los nuevos: si lo que piensas vale oro, échale dos huevos.